Introducción
La legítima defensa es un tema que últimamente está muy en actualidad debido a la noticia de hace tres semanas en Ciudad Real. Un señor mayor octogenario de 85 años, que vive en un pueblecito, se despertó a las 2 de la mañana debido al insomnio que tiene. Fue a echar un vistazo al sistema de riego y, al salir de su domicilio, se encontró con un bulto al lado de su gallinero que tenía una motosierra. Entró en el interior de su casa, cogió una escopeta de cartuchos, se dirigió hacia el bulto y, sin mediar palabra, efectuó dos disparos. Volvió a entrar en la casa, recargó la escopeta y efectuó un tercer disparo que no impactó en el bulto. Acto seguido, volvió a entrar en la casa, llamó a la Guardia Civil y dijo: «Oiga, creo que hay una persona muerta en el gallinero de mi casa».
Polémica en el Juicio
La polémica surge porque se ha impedido que se le aplicara la legítima defensa a este señor. En el juicio, que se realizó con nueve jurados, de los cuales siete entendieron que este señor debe ser culpable, se produjo algo muy relevante en la declaración del señor Lomas. La veremos para entender por qué no se le ha aplicado la legítima defensa.
Interrogatorio del Fiscal
El Ministerio Fiscal, que ha sido muy criticado en redes sociales, es un señor de avanzada edad con mucha experiencia y una muy buena retórica. No creo que esté intentando culpar al señor Lomas, sino más bien echarle una mano. El fiscal le hizo una pregunta fundamental: «Pero vamos a ver, ¿usted de qué tenía miedo? ¿Qué es lo que estaba protegiendo, su propiedad o su vida?» El señor Lomas respondió que estaba protegiendo su propiedad. Acto seguido, el fiscal le hizo la misma pregunta de nuevo, como diciéndole: «Entonces, lo que me está diciendo es que estaba defendiendo su propiedad». El señor Lomas volvió a contestar que sí.
Respuesta del Señor Lomas
Yo veo que ahí lo tenía muy fácil el señor Lomas para decir: «No, yo estaba protegiendo mi vida. Tenía miedo porque veía que corría peligro y por eso actué de esa manera». En ese caso, muy probablemente se hubiera podido aplicar la legítima defensa.
Entendiendo la legítima Defensa jurídicamente
Debemos entender desde un punto de vista jurídico que, para aplicar la legítima defensa, el bien jurídico protegido que tiene que estar en peligro es la propia vida de las personas. En este caso, no corría peligro la vida del señor Lomas porque el ladrón no entró en su casa; además, era un bulto y no se sabía qué estaba haciendo. Aunque se menciona lo de la motosierra, ésta estaba apagada. La propiedad del señor Lomas probablemente estaba siendo robada para luego revenderla, pero eso da igual.
Proporcionalidad en la respuesta
Aquí no se produce algo que es un requisito indispensable: la proporcionalidad. No existe una proporcionalidad entre el acto que se realiza y la respuesta. Si esto hubiera ocurrido en otros países, como Estados Unidos, probablemente el señor Lomas sería un héroe e incluso tendría una calle a su nombre, porque allí el bien jurídico de la propiedad está al mismo nivel que el bien jurídico de la vida humana. Allí, la legislación dice que uno puede defender su propiedad con todos los bienes que disponga a su alrededor, pero aquí no. Aquí solo se puede aplicar la legítima defensa cuando tu propia vida o la de tu familia está en peligro.
Comparación con otras Legislaciones
Un caso diferente hubiera sido si el señor Lomas sale con la escopeta porque ha escuchado un ruido y ve a un agresor de pie con una motosierra arrancada. Debido a la primera reacción que hubiéramos tenido todos, podría haber disparado para proteger su propia vida, y muy probablemente se hubiera eximido la responsabilidad penal.
Conclusión
Por lo tanto, debe quedar claro que para aplicar la legítima defensa tiene que estar en peligro la vida, el bien protegido que es la vida. Si esto sucede y tú reaccionas frente a esa acción de una manera proporcional, se podría aplicar la legítima defensa en la mayoría de los casos.